Este gato que
avanza sin herirse
sobre el muro
cubierto de cristales,
lejos de su
cojín y su platillo,
ha salido de
caza. Le delata su nervio,
la encogida
tensión con que vigila,
muñeco de un
instinto equilibrista.
Luego caminará
sobre la tierra negra,
entre hoyuelos
de nieve y bayas secas,
con plumas en
las zarpas o mascando vacío
–burlado por sus
ganas–, pero hermoso igualmente
en la clara
fiereza de su andar.
Jordi Doce
España
Gijón, 1967
1 comentario:
Andares de gato.
Muy bueno.
Un abrazo
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