Yo andaba,
andaba, andaba
en un andar en
andas más frágil que yo mismo,
con una ingravidez
transparente y dormida
suelto de mis
recuerdos, con el ombligo al viento…
Mi sombra iba a mi lado sin pies para seguirme,
mi sombra se caía
rota, inútil y magra;
como un pez sin
espinas mi sombra iba a mi lado,
como un perro de
sombras
tan pobre que ni un perro de sombras le ladraba.
Emilio Ballagas
Cuba
Camagüey, 7 de noviembre de 1908
La Habana, 11 de septiembre
de 1954
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