sino a la nostalgia largamente paladeada
que cubre los muros limpios de las tardes
y contempla en el humo recuerdos vacíos.
La experiencia del abrazo precario,
una mano distraída que se suelta en un cruce,
entre la multitud.
Ahora trato de enlazarme a esa mano
que en mí viene y va
como ese autobús donde nos conocimos
y viaja normalmente sin nosotros.
Pero es solo una línea
que trata de pescar con un señuelo,
un pedazo de tiempo que soltamos
para que nos hiciera falta siempre.
México
Ciudad de México,
1954
1 comentario:
Un bellísimo poema
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