De sólo imaginarme que tu boca
pueda juntarse con la mía, siento
que una angustia secreta me sofoca,
y en ansias de ternura me atormento…
El alma se me vuelve toda oído;
el cuerpo se me torna todo llama
y se me agita de amores encendido,
mientras todo mi espíritu te llama.
Y después no comprendo, en la locura,
de este sueño de amor a que me entrego;
si es que corre en mis venas sangre pura,
o si en vez de la sangre corre fuego…
Alicia Larde de Venturino
El Salvador
San Salvador, 29 de junio
de 1895
San Salvador, 13 de
octubre de 1983
1 comentario:
Precioso poema.
No conocía a esta autora.
Un besazo.
Publicar un comentario