Ver mi cuerpo en la calle,
hablar contigo como un camarada,
mirar escaparates
y, sobre todo, sonreír de lejos
a los árboles...
También me gustan los camiones grises
y muchísimo más los elefantes.
Besar tus pechos,
echarme en tu regazo y despeinarte,
tragar agua de mar como cerveza
amarga, espumeante.
Todo lo que sea salir
de casa, estornudar de tarde en tarde,
escupir contra el cielo de los tundras
y las medallas de los similares,
salir
de esta espaciosa y triste cárcel,
aligerar los ríos y los soles,
salir, salir al aire libre, al aire.
Blas de Otero
Bilbao,
15 de marzo de 1916
Majadahonda,
29 de junio de 1979
3 comentarios:
Recuerdo cuando un día descubrí a Blas de Otero; no consigo sacar a la luz con qué poema, pero sé que me quedé en él, y eso es importante para alguien que como yo suele ser una negada para las rimas. Me pasó igual con Luis Cernuda.
Un homenaje a la vida, a la luminosidad. Estoy esperando seguir tan saludable consejo y beberme el aire libre, la playa, el sol y la luna. Un besazo, mi Trini querida.
Gracias por recordar a Blas de Otero en tu espacio que descubro hoy
Saludos...
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