07 febrero 2014

Juan José Vélez Otero, Antes

Y llegaban las lluvias a los patios dormidos,
las cigüeñas se iban y volvían los vientos,
regresaban las sombras a las tapias desnudas
de los domingos largos. Era un frío callado

en las aulas. De nuevo las estampas de fútbol
en el álbum, el miedo de los lunes oscuros,
de la iglesia, el silencio de los libros de Historia, 
los tebeos, los cuentos, los primeros cigarros

que sabían a cine, a crepúsculo y pájaros.
Y llegaban las lluvias, y la niebla en los pinos,
y noviembre, y las dalias, y mi madre cosiendo,

y mi hermano jugando a la luz de la alcoba,
y mi padre en la sala con la radio. Y la tarde
que sabe a chocolate y huele a pegamento.

Juan José Vélez Otero
España
Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, mayo de 1957
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3 comentarios:

José Manuel dijo...

Un hermoso repaso por el ayer tan presente en la memoria.

Besos

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Una bien tratada nostalgia.

Susana Jiménez Palmera dijo...

Una dulce congoja hecha en versos. gracias por compartirlo.
Un abrazo