A
veces llega la tristeza. Trae
las
alas suaves de conformidades,
los
ojos bajos y la piel desnuda,
y
parece tan fácil entregarse,
despojarse,
poner bajo sus plantas
el
reino, los poderes y las armas,
el
amor sobre todo, y esos últimos
retales
que nos quedan de alegría.
A
veces gana la tristeza; entonces,
qué
lujo de matices su victoria,
qué
fasto de sus grises y sus pardos
ocupándolo
todo.
Buenos
días,
-he
de decir-, tristeza, aquí me tienes.
Josefa
Parra
España
Jerez
de la Frontera, Cádiz, 7 de febrero de 1965
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