Yo
creo que te amaba
cuando
eras un poeta
y
tu aliento prendía
madrelunas
de asombro
en
mis manos cansadas.
Cuando
apenas tenías
junto
a la humilde lámpara
noches
de vino triste
y
romero encendido
para
una angustia larga.
Cuando
en tu andar soñabas
burdos
amaneceres
de
zapatos raídos
de
muñecas ajenas
de
calles enguantadas.
Cuando
el viento traía
olor
de sombra virgen
a
la espiral bohemia
de
tu mesa vacía
callada.
Corrías
tras mi sombra
desafiando
las lunas
y
los amaneceres.
Eras
tan sólo un hombre
nostalgioso
y amargo.
Apenas
un poeta
tibio
de noches pobres
con
las manos vacías
y
el loco corazón
desbordante
de versos
engañosos.
Por
eso yo te amaba.
Uruguay
1933
1933
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