donde
otra vez no se duerme.
A
lo mejor beben vino,
a
lo mejor no hacen nada.
O
tal vez, manos unidas,
no
separan esas manos.
En
cada casa, mi amigo,
hay
así una ventana.
Separaciones
y encuentros:
gritas,
nocturna ventana,
quizás
hay cientos de velas,
o
quizás sólo tres velas.
Sin
reposo
mi
cabeza.
En
mi casa
ha
entrado eso.
¡Hay
que rezar por la casa sin sueño!
¡Y
rezar por el fuego en la ventana!
Rusia
Moscú,
8 de octubre de 1892
Yelábuga,
31 de agosto de 1941
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