28 enero 2018

Blas de Otero, Mientras tanto

Mientras tanto subimos la escalera (de vez en cuando se oye
a los que caen de espaldas), nos paramos
un poco, alguna vez (vacilamos, como una hoja
en el instante de arrojarse al aire),
viene
el vértigo a todo correr desde el vacío
y, cerrando los ojos,
nos asimos a nuestro ser más íntimo,
y seguimos
y seguimos subiendo la trágica escalera
colocada,
creada, por nosotros mismos.
Blas de Otero
España
Bilbao, 15 de marzo de 1916
Majadahonda, 29 de junio de 1979

1 comentario:

tecla dijo...

Hasta que nos caemos como un trapo y no nos volvamos a levantar.