La furtiva se
sienta en el pasto crecido
para descansar de
un recorrido agotador
a través de un
campo desierto.
Perseguida,
acosada, espiada, denunciada, vendida,
fuera de toda ley,
de todo alcance.
A la misma hora en
que se ponen las cartas sobre la mesa
y un hombre dice a
otro:
«Hasta mañana».
Pero mañana estará
muerto o se habrá ido lejos.
En la hora en que
tiemblan las cortinas blancas en la noche profunda,
cuando el lecho
trastornado de las montañas
abierto ante su
invitada desaparecida
espera a algún
gigante de más allá del horizonte,
la furtiva se
sienta, se duerme la furtiva.
No hagan ruido,
dejen descansar a la furtiva
en una esquina de
esta página.
Teman que se
despierte,
más enloquecida
que un pájaro que se golpea contra los muros.
Teman que muera en
su casa,
teman que
pulverice todas las ventanas rotas,
teman que se
esconda en un ángulo oscuro,
teman despertar a
la furtiva dormida.
Francia
Paris, 4 de julio
de 1900
Campo de
concentración de Theresienstadt, República Checa, 8 de junio de 1945
1 comentario:
Con los años que separan a Desnos de Herta Müller pero que la zozobra se repita...
Da que pensar: en el tiempo, en la repetición de los horrores, en la miseria...
Y, a pesar de todo ello, belleza encerrada en cada verso.
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