Moriré
en una tarde de verano
Y
no me salvará ningún verso
Si
vuestros corazones permanecen mudos.
Moriré
debajo de un plátano entre cuyas hojas
Se
marchita una luna menguante
Y
de mi sangre quedará una leve lontananza
Y
no me salvarán quietas figuras
Que
tengan memoria de mi sangre
Y
seré nada como ahora
Olvidado
en una nube de prácticas
En
el cuenco de mi cráneo
Beberán
los pájaros mi voz
Y
ninguno habrá sabido
Si
todo ha sido verdad.
Giancarlo
Micheli
Italia
Viareggio,
1967
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