Me dices que
viva cada día
como si fuese el
último. Es en la cocina
donde antes del
café lamento
el día que me
espera: esa carrera de obstáculos
de minutos y
horas
tiendas de
alimentos y médicos.
Pero ¿por qué el
último?, pregunto. ¿Por qué no
vivir cada día
como si fuese el primero,
todo él
sorpresas intensas, Eva restregándose
los ojos al
despertar esa primera mañana,
el sol asomando
como un ingenuo
por el este?
Mueles el café
con el pequeño
estruendo de una mente
que intenta
aclararse. Pongo
la mesa, echo un
vistazo tras la ventana
donde el rocío
ha bautizado
toda superficie
viviente.
Linda Pastan
Estados Unidos
Nueva York, 27 de mayo de 1932
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Por favor, si bajáis la versión, poned de dónde y, como mínimo, el nombre del traductor. Jonio González
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