Si alguien me
toca, sólo me toca a mí, a ese mí orgulloso, ese mí que no deja franquear su
claustro, y no a ese otro alguien, informe, vasto, neutro, que hace gestiones
en la oscuridad.
Herirás al que
puedes herir, al que no importa defender, al que no es nada.
No lastimarás a
nadie, lastimarás a ese nadie que me cierra el paso.
No temas. Sufre mi
guardián. El que debe desprenderse como fruto que he cultivado, usé y abandono.
El otro, oscuro,
humilde y quieto, no necesita protección.
No será tocado ni
herido. Ni padece ni se queja.
No será destruido.
Rafael Cadenas
Venezuela
Barquisimeto, 8 de
abril de 1930
1 comentario:
¿Y quien es
el que verdaderamente es?
Creo que los dos
son uno.
Un abrazo grande
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