03 agosto 2018

Alfredo Pérez Alencart: Creación

Ningún
susurro de mujer
acompañó
la deseante soledad
de mis días adolescentes.

 Ninguna costilla salía
de mi barro.

 Entonces cayó una hoja
de exquisita fragancia
y en mi pecho
se hizo carne amantísima,

 vibrante llama,
vena de transfusión para
siempre.

 Luego empezó
la fecundación del
unigénito.

 Te ensalivo,
mujer,
te amaso a mí.
Alfredo Pérez Alencart
Peruano-Español
Puerto Maldonado 1962

3 comentarios:

Jeremy Gallagher dijo...

El eros que sugiere e impulsa. Un poema de primera calidad.
Gracias, poeta Pérez Alencart y mis saludos desde Chicago.

Poetasenlaislapaulino2017 dijo...

Ese lenguaje atemporal, casi de encantamiento, se traduce en palabras que juntas conforman un excelente poema.
Impecable Pérez Alencart.
Desde Argentina.

Javier Ibáñez dijo...

Van mis enhorabuenas, amigo Alfredo. Me ha gustado, y mucho, este poema tuyo.