Cuando venías
hacia mí, el cuello
tendido
levemente hacia otro instante,
la boca a punto
de decir Eduardo.
Cuando venías
radiante y la mañana
maduraba en tu
mano como un fruto
de todo lo
esperado, como un fruto
de ti misma.
Cuando venías,
amor, en cada paso
y en cada paso
beso y melodía
y certeza y
presencia en cada paso.
Cuando venías,
la rosa sobre el hombro,
como un latido
de mi corazón,
la frente
coronada de cabellos
oscuros.
Cuando venías,
amor, abriendo el aire
en dos alas de
jardín,
cuando venías
explicando el alma
con tu sonrisa.
Cuando venías
entre gacela y lirio,
cuando venías
entre árboles y casas,
de una ciudad
transfigurada, estática,
en este mundo.
Colombia
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