bajo un cielo bajo que se cerraba;
me planté frente a la mar vacía, y juré:
"Nadie está más solo que yo".
Esperé durante toda una noche plomiza;
oí los chubascos escurrirse y sisear,
y me sobresalté ante mi propia voz, que dijo:
"No ha habido más soledad que esta".
Pero aquí, con mi corazón contra el tuyo,
con tu beso petulante para silenciarme,
sé que jamás había comprendido
cuán amargamente sola podría estar.
Long Branch, Nueva
Jersey, 22 de agosto de 1893
Nueva York, 7 de
junio de 1967
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