A Reynaldo Pérez-So
Por todos los astros lleva el sueño
pero sólo en la tierra despertamos.
Dormidos flotamos en el éter,
nos arrastran las naves invisibles
hacia mundos remotos
pero sólo en la tierra abren los párpados.
La tierra amada día tras día,
maravillosa, errante,
que trae el sol al hombre de tan lejos
y lo prodiga en nuestras casas.
Siempre seré fiel a la noche
y al fuego de todas sus estrellas
pero miradas desde aquí,
no podría irme, no sé habitar otro paisaje.
Ni con la muerte dejaría
que mis cenizas salgan de sus campos.
La tierra es el único planeta
que prefiere los hombres a los ángeles.
Más que el silencio de la tumba
temo la hora de resurrección:
demasiado terrible
es despertar mañana en otra parte.
Eugenio Montejo
Caracas 19 de octubre de 1938/
Valencia (Venezuela)5 de junio de 2008
4 comentarios:
Que bonito poema, cuanto amor a la Tierra... impactantes versos.
Besos Trini, siempre un gusto disfrutar por tu rincón!
Como dice Carmensabes, impactante, profundamente impactante.
Nada de lamentarse de esa tierra de la que a veces no podemos escapar, sino bendecirla y alabarla.
Preciosísimo y origínalisimo.
Un besazo.
Las palabras se unden en silencios cuando los silencios son nada mas que las palabras besos
Estar en tu blog es una delicia.Gracias por compartirlo con nosotros besos
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