Hay
que ponerle un nombre a esta tristeza
hay
que ponerle un corazón,
un
ojo de gato o de serpiente,
hay
que ponerle un vestido
tacones
maquillaje
y
sacarla a pasear
emborracharla
y
cogérsela en una esquina
o
en un motel de mala muerte.
Hay
que golpear a esta tristeza,
darle
latigazos,
enseñarle
quién manda,
amarrarla
a un poste eléctrico
o
deshojarla en una tarde de septiembre.
Hay
que saber que el mundo
es
una telaraña o una sombra ancha
dispuesta
a devorarlo todo,
a
tragárselo todo de una bocanada
o
de un zarpazo.
Hay
que entender que las cosas
tienen
un lugar geográfico, un nombre,
una
textura exacta y una forma
y
que dentro de esas cosas
está
desnuda y en silencio
la
tristeza,
como
una corriente de aire frío
o
el mar cuando se han dormido las olas,
como
un conuco solitario,
un
rancho de tabaco a oscuras
o
Matanzas a las cinco de la tarde.
Hay
que saber que la tristeza existe
como
existe la casa, la tacita de té,
el
reloj, el árbol, los recuerdos
o
la fotografía de mi abuela
con
una blusa llena de pájaros blancos
y
una mirada que me hace recordar
a
todos los muertos que ha tenido que llorar
mi
pobre abuela.
Hay
que saber que la tristeza no sólo existe
sino
que también tiene su espacio,
su
rincón en el interior de cada cosa,
su
propia coloratura, sus exigencias
e
incluso sus horarios
y
que a veces uno se cansa,
se
harta de tanta mansedumbre,
de
tumbarse en una cama,
de
tomarse un frasco de pastillas,
de
pensar en sogas, en puentes
o
en desahogos sentimentales,
y
de repente uno se levanta
y
dice coño
y
decide cambiar el orden del mundo,
ponerle
un nombre a la tristeza,
etiquetarla,
mandarla
a la mierda,
y
seguir hacia delante,
siempre
adelante,
como
el que va en un tren
o
en un motoconcho,
aunque
el vacío siga en el lugar de siempre,
aunque
nada sea como antes,
aunque
el amanecer no sea luminoso,
aunque
la tristeza jamás desaparezca.
Rosa Silverio
República Dominicana
República Dominicana
Santiago de los Caballeros, 30 de agosto de 1978
4 comentarios:
Si yo pudiera, si fuera más valiente repetiría a los gritos las palabras de este poema. A los gritos para que me escuchara el mundo , pero estoy muy cansada y la tristeza me ganó la partida.
Mi admiración para esta poeta llena de valentía.
Muchos besos.
Un poema muy claro y contundente...Debemos ser conscientes de esa tristeza, que nos ocupa y nos domina y enfrentarnos a ella, desenmascararla...Y decidirnos a expulsarla de nuestra vida...Debemos ser los dueños de nuestra mente y nuestro corazón...
Mi gratitud por esta autora, que no conocía y me ha encantado, Trini.
M.Jesús
"Mandarla a la mierda..."
En una caja sellada y sin remite para que no pueda ser devuelta.
Ojalá...
Besos, Trini. Y mis deseos de mejoría en tu salud.
Qué buen poema, qué potencia tiene.
Un abrazo, Trini.
HD
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