En mi mano el
otoño come su hoja: somos amigos.
Extraemos el
tiempo de las nueces y le enseñamos a caminar:
regresa el tiempo
a la nuez.
En el espejo es
domingo,
en el sueño se
duerme,
la boca dice la
verdad.
Mi ojo asciende al
sexo de la amada:
nos miramos,
nos decimos
palabras oscuras,
nos amamos como se
aman amapola y memoria,
nos dormimos como
el vino en los cuencos,
como el mar en el
rayo sangriento de la luna.
Nos mantenemos
abrazados en la ventana, nos ven desde la calle:
tiempo es de que
se sepa,
tiempo es de que
la piedra pueda florecer,
de que en la
inquietud palpite un corazón.
Tiempo es de que
sea tiempo.
Es tiempo.
Francia
Cernauti, Rumanía,
23 de noviembre de 1920 /
París, 20 de abril
de 1970
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